Diciembre 16, 2024

ATRAVESADA POR EL AMOR

Aunque no comulgo mucho con la presión que cargan las resoluciones de año nuevo porque siento que para hacer cambios radicales en la vida no es suficiente con que  cambie un número en el calendario, sí siento que cada año trae, por lo menos, un gran aprendizaje.

Por aprendizaje me refiero a aquello que, o nos reta hasta el tuétano, o que de repente produce una integración a nivel de todo el ser: un darse cuenta de que por mucho que intentemos hacernos los de la vista gorda, ahí está, en nuestra carita, sin intención de irse para ningún lado y nos obliga, sí o sí, a masticar ese huesito en específico.  

Para mi el aprendizaje de este año fue el amor o, mejor aún, la sensatez y la confianza que “exige” el amor. 

La sensatez para comprender que el amor no es un sentimiento que se prende y se apaga. Es una postura de vida y no funciona cerrarla para algunos y abrirla para otros. 

La confianza en que el amor no me hace vulnerable, me hace fuerte y que la caparazón ya es obsoleta pues no ofrece protección, solo distancia y desconexión. 

Sé que todavía me queda un largo camino para desaprender todo lo que me aleja de incorporar el amor como postura de vida, sin embargo, el primer acto de amor propio ha sido verme y aceptarme como un proceso. Todos somos un proceso constante.   

Por otro lado, comprender mi lenguaje del amor ha sido tremendamente importante pues me ayuda a entender que un gran acto de amor es hablarle al otro en su lenguaje de amor, no en el mío. De lo contrario, y esto lo comprobé hace unos días en consulta, cualquier gesto o acto que no coincida con nuestro lenguaje del amor entra por un oído y sale por el otro. Se convierte en una experiencia que sigue derecho sin atravesarnos, es más, nuestro sistema lo percibe como violento pues nos hace sentir invisibles.

Es como si llegamos hablando español a China y pensáramos “el que me entendió me entendió”. Pues no, nadie nos va a entender y que respetuoso  es, al menos intentar, hablar el idioma del otro. 

Gary Chapman propone los siguientes cinco lenguajes del amor: palabras de afirmación, tiempo de calidad, dar regalos, actos de servicio y contacto físico. La invitación que te quiero hacer es a que, si aún no lo sabes, identifiques tu lenguaje de amor primario y secundario pues son una tremenda herramienta para navegar las aguas del amor. 

Para concluir, me pregunto:

¿Habrá algo más bonito que ser atravesado por el amor? 

Foto: Jamez Picard

Mi recomendación

Cuando mi amiga Melina me preguntó si lo había visto, con mucho prejuicio le dije que no. Sin embargo, confiando inmensamente en su criterio y recomendación decidí ver este documental que esta en Netflix sobre los niños que estuvieron perdidos en la selva durante 40 días. Wow!

Espectacular ver como las diferentes «partes» (el ejercito y los indigenas) tuvieron que rendirse de alguna manera a los saberes del otro. Siento que se nombra lo que debe ser nombrado y rescata la complementariedad.